En su página web, la Fundación Americana de la Tartamudez contiene información sobre el momento oportuno para que los padres o el médico de un niño que presente síntomas disfémicos derive al menor a un fonoaudiólogo.
Los niños con tartamudez grave deben ser enviados a un fonoaudiólogo de forma inmediata. Quieres presentan tartamudez leve y que no hayan mejorado de forma notable durante 6 u 8 meses también deben sen derivados, dependiendo también del perfil emocional del menor. Los niños con disfluencia normal no necesitan acudir a un terapeuta a menos que los padres estén tan preocupados que necesiten que se les confirme la normalidad del habla de su hijo. En un caso así, es posible que el fonoaudiólogo elabore una escala evolutiva del desarrollo del niño y proporcione la orientación necesaria.
Todo se resume en el siguiente cuadro comparativo:
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